Este artículo de Kjetil Trædal Thorsen, cofundador de Snøhetta, fue publicado originalmente por la revista Metropolis como "Opinión: los próximos grandes espacios públicos serán interiores".
Tal vez con la única excepción de las estaciones de tren, el espacio público se entiende generalmente como espacio al aire libre. Ya sea en los Estados Unidos o en Europa, especialmente ahora con las preocupaciones más fuertes en torno a la seguridad, parece que existe esta forma decidida de privatizar todo lo que hay en el interior, aun cuando cada vez buscamos mejorar el acceso al espacio público al aire libre. Pero en los sistemas de capas de nuestras ciudades del futuro, tendremos que centrarnos en los espacios públicos que se encuentran dentro de los edificios y hacerlos accesibles.
En 1748, Giambattista Nolli hizo este maravilloso mapa de Roma, donde sólo tenía dos distinciones: lo privado y lo público. Ya fuera interior o exterior, si había un espacio en una iglesia o una plaza, realmente no importaba. Contaba una historia diferente de la ciudad. Hay algunos ejemplos actuales: el techo de nuestra Ópera de Oslo está al aire libre, por ejemplo, pero está en el edificio y es accesible al público. Abrir el Louvre y tratar de dejar que la gente camine a través de él 24 horas al día, como en la reciente toma del museo por el artista JR, es otra forma de no hacer una distinción entre el espacio público interior y exterior.
Este tipo de decisiones de programación son esenciales para la forma en que se desarrollan las nuevas tipologías de arquitectura, y los arquitectos deben definitivamente tener influencia sobre ellos. En ciertas situaciones, la accesibilidad al espacio público interior es suficiente. En otras situaciones, hay que definir el programa para que los espacios interiores o exteriores sean adecuados. Para utilizar nuevamente el ejemplo del techo de la Ópera en Oslo, fue básicamente pensado sólo para una cosa: para caminar, al igual que por un paseo marítimo. Pero en ocasiones, podría ser reprogramado para celebrar un concierto al aire libre. O podría ser reprogramado contra la intención original de los patinadores o un motorista que efectivamente conduce su moto arriba y abajo del techo.
Tal vez el exterior se puede programar de tal manera que se abre la posibilidad de espacios públicos en el interior. Siempre hay un poco de planificación urbana en el diseño de interiores. Siempre hay un poco de diseño de interiores en un espacio urbano. No hay duda de que la arquitectura de interiores se está profesionalizando a sí misma, ya que los arquitectos de interiores no son vistos como decoradores del espacio interior. Lo mismo ocurre con los arquitectos paisajistas. Y ésas son solamente las profesiones tradicionales del diseño.
Cada arquitecto no necesita ser entrenado en todas las profesiones especializadas, pero lo que falta es una comprensión general de cómo las personas deben colaborar. Es por eso que hemos introducido el transposicionamiento como un método de trabajo en nuestra oficina, donde no sólo te sientas alrededor de una mesa con muchos especialistas, sino que también intercambias profesiones durante talleres creativos. Lo único que puede salvar la esencia de la arquitectura es algún tipo de modelo colaborativo como este.
Al adoptar este modelo, tanto en la educación como en la práctica, creo que estaríamos mejor preparados para comprender los efectos de la programación. Usualmente somos bastante generalistas para entender que un cambio de uso a veces se demanda y que no debemos intentar aferrarnos desesperadamente a ciertos tipos de programación. Pero la profesión en sí debiera, en mi opinión, realmente contener ese tipo de conocimiento, simplemente porque está estrechamente conectado a la tarea de diseño. ¿Cómo podemos cambiar la relación entre los edificios y el público a menos que estemos directamente involucrados en la programación nosotros mismos?
Kjetil Trædal Thorsen es socio fundador de Snøhetta. Los proyectos recientemente terminados de la oficina incluyen el Centro de Aprendizaje de Estudiantes de la Universidad de Ryerson en Toronto y la expansión del Museo de Arte Moderno de San Francisco.